Todo ser humano desde que tiene uso de razón, está llamado a buscar su felicidad. Tiene el derecho a libre albedrío. Es decir, el poder escoger, lo que lo lleve a ser feliz y a disfrutar plenamente de su vida a cada instante.
Para lograr esto, primero debemos comenzar por respetarnos, valorarnos y amarnos a sí mismos. Debemos enfocarnos en nuestra integridad como ser humano y en nuestro bienestar personal.
¿Cómo? Empesando, por transformar las rutinas que tienen que ver con nosotros a nivel personal. Enfocándonos, en cosas tán básicas, que se han convertido ya en costumbres. Las cuales, al realizarlas lo hacemos ya inconcientemente.
Un ejemplo muy sencillo. Al ducharnos, deberíamos de tomar conciencia de lo que estamos haciendo. Tratando a nuestro cuerpo con amor, honor, gratitud y respeto. Después de todo, es este, el que nos permite realizar todo lo que nos proponemos. Al comer, de igual manera tomar conciencia de ello y disfrutar de cada bocado. Pués, es una ofrenda que haces a tu propio cuerpo.
Si lo hacemos cotidianamente, aprenderemos a amarnos, a valorarnos a apreciarnos y a dignificarnos. Y nunca más, nos rechazaremos. Pués poseeremos una esencia interior divina y humana, que se sacia solo con amor. Nunca más, te sentiras solo. Porque te satisfarás a tí mismo, con ese amor que emana de tí hacia el exterior.
Desde pequeños, se ha programado nuestra mente, para comportarnos socialmente de determinada manera. Si es que, queremos ser aceptados y reconocidos.
Se nos asignan obligaciones y responsabilidades que la mayoría de las veces tienen como fín, el complacer y satisfacer las metas y objetivos que los demás han formado para nosotros.
Conforme crecemos, también crecen esas obligaciones. Al punto, que ya no gozamos de tiempo para abarcar nuestros propios sueños. Nos sofocamos ante tantos roles decretados.
Llega un punto, en el que te das cuenta, que todas las funciones que debes desempeñar son a beneficio de los demás. Y si acaso, te atreves a realizar algo, de índole personal, terminas sintiendote egoista e injusto y lleno de remordimientos. Privandote de disfrutar plenamente de lo que hiciste. Pero entonces, ¿En dónde queda tu libertad?
En ocaciones, es preciso actuar a lo contrario, a lo que nuestra tendencia nos dicta. Por ejemplo, ¿Se te complica tomarte un día de la semana, para hacer lo que te gusta hacer ? ¿Esto te provoca un sentimiento de culpa. Ahora bién, ¿Harías trabajar a los demás seres queridos como te exiges hacerlo a tí mismo? ¿ Te cuesta trabajo comprarte algo para tí , y sin embargo no basilas, en comprarle a los demás? Esto, solo demuestra que tu auto estima está muy baja. No te sientes merecedor, porque crees que nada de lo que haces es suficiente.
La endoctrinación producida en tu mente, por parte de la sociedad, ha logrado que te alejes cada vez más de tu felicidad. Estas tán saturado con lo ajeno, que no te queda tiempo de disfrutar plenamente a nivel personal.
Entonces, ¿En dónde queda el derecho a la felicidad verdadera?
Como en todo, debe haber un equilibrio. Se debe mediar lo que te das, y lo que das a los demás. Puedes tener actos altruistas, pero todo debe ser en la justa medida. Y esto no significa que eres un ser egoista y desconsiderado.
La importancia de darnos un espacio propio, es porque si no lo haces, pierdes tu identidad. Pierdes tu quién soy yo, en el entorno de la vida.
Por otra parte, jamás vas a poder saciar las exigencias y espectativas de todos los que te rodean.No importa cuanto te relegues. Sin embargo, si te tomas tiempo para tí, combates el estrés, a la vez que rindes mucho más en tus mismas actividades. Supón, que en lugar de trabajar 6 horas hasta terminar o completar algo, trabajas 4 y te tomas las otras 2, cuando regreses vas a producir muchísimo más. Ya que estarás mucho más fresco y con más energía positiva.Es muy importante tomarte tiempo para tí, te lo mereces y debes recompensarte, sín ningún remordimiento.
Debemos tomar control, y reubicar el camino y las decisiones a tomar, para lograr sentirnos bién con nosotros mismos al igual que con los demás. Con nuestras desiciones, debemos sentirnos felices, positivos y productivos. Si todos hicieramos lo mismo, comprenderiamos perfectamente la importancia de tener nuestra individualidad y de respetar las decisiones de los demás.
Por lo tanto, independientemente de las circunstancias que nos haya tocado vivir en nuestra vida, de nosotros depende unicamente el lograr nuestra felicidad. Empecemos por respetarnos así mismos, viviendo una vida positiva y digna. Y recuerden el tiempo es un recurso que no es remplasable así que, ¡ No lo desperdiciemos !
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